No me hace falta correr para tropezar, ni excusas para saber que me equivoqué. Lo mejor de todo sería olvidar y seguir adelante, pero no. Soy demasiado testaruda y cabezota y aún sabiendo que no es lo mejor, lo hago. Hago cosas que otras no pueden hacer. Saco fuerzas de donde no las hay. Busco respuestas hasta por debajo de las piedras, no me rindo. Sé que algo está pasando y no descansaré hasta saber qué es. Soy demasiado fuerte y no dejaré que nadie me destruya. Hoy, aprendí que las cosas no viene por sí solas. Supe que hay que arriesgarse en varias oportunidades. Al final sólo pasa una cosa.. que puedes pasar de tenerlo todo, a nada. Pero si no lo intentas ¿para qué todo este galeo?
lo imposible no existe, que es sólo una palabra que a veces utilizamos por miedo a fracasar.
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